Las cualidades de un abogado de éxito

Actualizado el 21 de marzo de 2023

Cuando pensamos en las funciones de un abogado, probablemente nos vengan a la mente momentos complejos y decisivos en los que necesitamos la asistencia de un profesional que defienda nuestros derechos e intereses, asegurando que actuamos dentro de un marco legal. Así, un abogado puede convertirse en nuestro mayor aliado a hora de gestionar un negocio, hacer frente a las consecuencias de un accidente o sobrellevar un proceso de divorcio o compraventa de una vivienda. La estrecha relación que podemos llegar a mantener con estos expertos, así como el gran impacto que pueden ejercer en nuestras vidas, dejan patente que las cualidades de un abogado van mucho más allá del simple conocimiento de las leyes y procedimientos legales. De hecho, llegar a ser un buen abogado no es tarea sencilla, por lo que es recomendable conocer aquellas habilidades que te harán triunfar en la profesión antes de iniciarte en la misma.

A continuación, te contamos cuáles son los pasos que debes dar y las habilidades en las que has de trabajar para convertirte en un abogado de éxito.

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Cualidades de un abogado

Aunque pueda parecer que la abogacía es una carrera extremadamente vocacional, lo cierto es que muchos de estos profesionales pierden la motivación al poco de haber comenzado a trabajar en el campo. Un estudio de la American Bar Foundation (ABF, por sus siglas en inglés) concluyó que, aproximadamente, el 25% de los abogados de Estados Unidos abandonan la profesión en los primeros 7 años de ejercicio.

Estos datos podrían indicar la carencia de ciertas cualidades esenciales para llevar a cabo responsabilidades típicas del campo del derecho. Si te estás preguntando a qué nos referimos exactamente, a continuación, listamos algunas habilidades que te serán de gran ayuda si decides perseguir la carrera de abogado.

Conocimiento de la Ley

Como es lógico, lo primero que caracteriza a un buen abogado es el conocimiento profundo de la ley, de los procedimientos, y de todos los fundamentos técnicos y teóricos para desarrollar su actividad.

A pesar de lo pueda parecer, las leyes no son inmutables. Tanto estas como los procedimientos legales asociados cambian, las sentencias de nuevos casos crean precedentes, determinan nueva jurisprudencia y generan vías alternativas para gestionar situaciones similares. Por lo tanto, un abogado que quiera ser eficiente durante toda su carrera deberá poner los medios y el esfuerzo para actualizar sus conocimientos de manera periódica y sistemática.

Pasión y entusiasmo

La abogacía es un campo que generalmente requiere gran dedicación y que puede generar altas dosis de estrés. Es probable que tengas que emplear muchas horas extra y pasar varios días casi sin dormir trabajando en un caso. Para sobrellevar lo mejor posible estas situaciones, lo ideal es disfrutar de ellas en la medida de lo posible. Quizás hayas escuchado la famosa cita de Confucio: “elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida". Efectivamente, si realizas tu trabajo con pasión y esmero, los resultados compensarán el tiempo invertido.

Desafortunadamente, siempre pueden aparecer imprevistos y dificultades que obstaculicen tu labor y generen cierta desmotivación, por lo que es aconsejable que analices bien las diferentes prácticas que existen dentro del campo del derecho y busques el perfil que más se adapte a tus intereses, ya que esto revertirá en una mayor satisfacción.

Empatía y compasión

Para un profesional de la abogacía un caso puede ser un simple proceso rutinario, un día más en la oficina. Sin embargo, para el cliente, puede marcar una gran diferencia en su vida. Es común que una persona que necesita asistencia legal sienta miedo, desasosiego e intranquilidad. Un buen abogado no solo luchará por su cliente desde un punto de vista jurídico, sino que también lo ayudará a afrontar la situación desde una perspectiva emocional.

La confianza abogado-cliente es fundamental para la preparación y el devenir del caso, por lo que es vital que el abogado comprenda las motivaciones y necesidades del afectado. Si el cliente se siente arropado, aumentará su confianza y será más proactivo y sincero a la hora de comunicarse. Así, un abogado que es capaz de empatizar con sus clientes realizará una mejor defensa de los intereses de su representado, consiguiendo mejores resultados.

Además, un buen abogado será siempre honesto con aquellos a quienes defiende, y les presentará todas las alternativas de la manera más objetiva posible, evitando confusiones y generando una mayor consciencia de las circunstancias.

Habilidades de comunicación

Un abogado puede ser apasionado y tener un gran conocimiento de las leyes y de los procedimientos legales, así como una admirable capacidad para entender y manejar las necesidades de su cliente. No obstante, esto no será suficiente si no sabe expresar sus ideas de manera clara y concisa, tanto oralmente como por escrito.

Ya sea a la hora de dirigirse a terceras instancias, comunicarse con la otra parte del litigio, o convencer al jurado o a un juez de ciertos argumentos, contar con habilidades comunicativas avanzadas será esencial para garantizar la agilidad y el éxito de un procedimiento legal. Por ello, si estás pensando en perseguir una carrera en derecho, es recomendable que participes en actividades que te ayuden a mejorar tus habilidades oratorias y de expresión escrita.

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Capacidad de investigación, análisis y juicio

Una cosa es conocer la ley en profundidad, y otra muy diferente es saber evaluar y decidir la estrategia que más efectiva sea para cumplir los objetivos del representado.

Un buen abogado debe anticipar los posibles escenarios que puedan presentarse y buscar respuestas y soluciones ante los mismos. Además, debe ser claro con su representado y mostrarle un panorama realista sobre los potenciales logros y consecuencias de cada una de sus posibles acciones, para que esta decida cómo desea proceder con conocimiento de causa.

Por ejemplo, un buen abogado podría recomendar a su cliente no presentar una reclamación si las posibilidades de éxito son muy limitadas y si los beneficios van a ser casi inexistentes. Esto no quiere decir que el caso no deba seguir adelante, pero el cliente será consciente de la complejidad de la situación y, tal vez, ambos puedan buscar otras alternativas.

Ahora que ya puedes comprobar si cuentas con las cualidades necesarias para convertirte en un buen abogado, tal vez quieras dar el próximo paso y comenzar tu carrera en derecho. A continuación, te explicamos el camino que has de seguir para ejercer en este campo.

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Cómo convertirte en abogado en Estados Unidos

A diferencia de otros países, en Estados Unidos no es posible acceder a la Facultad de Derecho al finalizar la preparatoria. Los pasos a seguir para llegar a ser abogado son los siguientes:

Obtener una titulación universitaria

Estos estudios (4 o 5 años) son necesarios si quieres acceder posteriormente a una Escuela de Leyes. No hay limitaciones y podrás elegir la especialidad que más te interese o se amolde a tus capacidades. Sin embargo, es aconsejable que elijas un campo que pueda serte de utilidad en tu futuro como abogado, como la política o las finanzas.

Pasar un examen de acceso

Ya sea el LSAT (Law School Admission Test) o el GRE (Graduate Record Examinations). El LSAT es el test más común y consolidado en Estados Unidos; sin embargo, algunas universidades están empezando a aceptar estudiantes que presentan sus resultados del GRE. Infórmate e investiga qué test aceptan los centros que más te interesen.

Entra en una Escuela de Derecho

Deberás preparar concienzudamente tu candidatura, incluyendo no solo los resultados de tu test, sino también tu currículum y carta de interés. Ten en cuenta el tipo de práctica a la que quieres dedicarte al seleccionar las Escuelas de Derecho a las que postularte. Algunas de las prácticas más comunes son el derecho corporativo, de familia, de la salud, de patentes, o el derecho fiscal.

Obtén el Bar

Para ejercer como abogado en Estados Unidos, es necesario que apruebes el examen de abogacía de la jurisdicción en la que vas a trabajar. La única excepción es Wisconsin. Si has estudiado en una facultad de derecho de este Estado, obtendrás de manera automática el permiso para ejercer en él.

Tras leer toda esta información, puede que te preguntes si existen alternativas para convertirte en abogado sin pasar por todo este proceso. La respuesta es sencilla: sí, la hay, aunque es cada vez menos común. En algunos estados como California o Vermont, es posible acceder a la abogacía si te formas durante años trabajando bajo la supervisión de otros abogados.

Sin embargo, debes pensarlo bien, ya es muy posible que este camino te lleve aún más tiempo.

Si ya tienes claro que la abogacía es tu verdadera vocación, te aconsejamos que te pongas manos a la obra y trabajes en desarrollar todas las habilidades necesarias mientras buscas la escuela que mejor se adapte a tus intereses.

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